Michael Shellenberger, reconocido «ecomodernista», cuenta cómo pasó de ser un activista antinuclear a uno de los defensores más populares de esta tecnología para mitigar el cambio climático.
Juan
Tardé horas en ver esta charla de menos de veinte minutos. ¿Por qué? Porque los números que utiliza para su presentación son sorprendentes y no me resistí a investigar cada cosa que dijo.
Con este comentario, mi idea es ahorrarte ese tiempo y, si te interesa, facilitarte el material necesario para complementar esta charla..
Un poco de contexto
Michael Shellenberger, uno de los tantos ecologistas que defienden la energía nuclear, es cofundador del “Manifiesto ecomodernista”: una filosofía de pensamiento que argumenta que los humanos podemos proteger a la naturaleza y desacoplar nuestros impactos antropogénicos del mundo natural gracias al uso de tecnología. Promueve el diseño de sistemas basados en la lógica circular de la naturaleza y que reemplaza al enfoque linear actual predominante.
Si te interesan las discusiones respecto al ecomodernismo, te comparto este lindo debate que se armó en Twitter:Como activista ambiental y tecnólogo, Shellenberger lucha y trabaja en el reemplazo de los combustibles fósiles. Trabajó durante muchos años en la promoción, implementación y divulgación de las energías renovables, siendo un gran entusiasta de esta tecnología.
La charla se puede dividir en dos partes: la primera, donde cuenta cómo, durante su trabajo, fue dándose cuenta de todos los problemas que tenían las energías renovables para abastecer grandes proporciones de energía y cómo fue cambiando su opinión respecto a la energía nuclear. En la segunda parte de la charla, se dedica a tratar un tema muy polémico sobre esta energía: la seguridad. Sigamos su lógica y vayamos por partes..
Parte 1: dificultades de renovables y comparación con nuclear
Lo primero que hay que saber es que tanto la nuclear, como la hidroeléctrica como las energías renovables son fuentes limpias en términos de emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, todas estas tecnologías son consideradas como necesarias para mitigar el cambio climático.
Esto lo podemos ver comparando los gramos de CO2 emitidos por unidad de electricidad producida para distintos tipos de fuentes. La frase: “la energía nuclear genera 4 veces menos emisiones de gases que la energía solar” proviene de acá: Reporte AR5 del IPCC: Anexo III: Table A.III.2).
Para Michael, la diferencia central entre ambas tecnologías está en que las renovables tienen serios problemas para garantizar el abastecimiento de los grandes consumos energéticos de ciudades densamente pobladas, mientras que la nuclear es una tecnología ya madura que puede cumplir esta tarea.
Para enfatizar este punto se apoya en todos los problemas que está ocasionando la política alemana de cierre de plantas nucleares y promoción de energías renovables.
En este gráfico (seleccioná: energy supply / Electricity generation by source / Germany), podés ver cómo, desde que Alemania empezó a cerrar sus plantas a partir del 2011, tuvo que reemplazar la energía que dejaron de producir con carbón y gas.
Acá, podés ver los impactos de esa recarbonización de su matriz eléctrica en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero.
Shellenberger tiene otra charla Ted completamente dedicada a abordar estos problemas con mayor profundidad: por qué las energías renovables no pueden salvar al planeta (yo me pregunto si, en realidad, lo que las energías renovables no pueden salvar es al consumismo, no al planeta. Para Shellenberger, el paradigma productivo no entra en discusión. Un poco sobre este debate, acá)..
Parte 2: riesgos y seguridad de la energía nuclear
Esta es la parte de la charla que más me sorprendió. Tuve que googlear absolutamente cada fuente que citó, porque me resultaban difíciles de creer. Voy a compartir sus tópicos con las referencias de las fuentes, para que puedas investigar por tu cuenta.
Primero, es cierto que la energía nuclear es de las formas más seguras de generar electricidad. La producción de energía genera muertes directas principalmente mediante dos categorías: contaminación del aire y accidentes. La contaminación del aire es ocasionada principalmente por la quema de combustibles fósiles, y se estima que unas siete millones de personas mueren al año por esta causa.
¿Cómo comparar cuánto más segura es una fuente de energía que otra? Lo que se hace es ver la cantidad de muertes por unidad de electricidad generada.
Es decir: cuántas personas mueren, teniendo en cuenta accidentes y contaminación del aire, por una cantidad determinada de electricidad producida. Bajo esta medida, la energía nuclear es mucho más segura que cualquier combustible fósil (sí, incluyendo accidentes y todo). De hecho, reemplazar combustibles fósiles por energía nuclear, salva vidas.Para ver este tópico con más profundidad, recomiendo este artículo de Our World in Data.
Sin embargo, está claro que la percepción del riesgo va más allá de esta variable objetiva. El miedo latente a la ocurrencia de un accidente nuclear va más allá de la racionalidad, por lo que la percepción del riesgo subjetiva es mucho mayor a la dimensión objetiva. Si hablamos de accidentes nucleares, lógicamente tenemos que hablar de Chernobyl y de Fukushima. Creo que esta es la parte más impactante de la charla…
Tuve que chequear los datos que dice, porque me dejaron perplejo. Yo creía que habían muerto cientos de miles de personas en los accidentes de Chernobyl y Fukushima. Tenía las imágenes de personas con malformaciones, muertes por radiación y demás… Nada más lejos de la realidad.
Te comparto el resumen del Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los efectos de la Radiación Atómica. La conclusión va completamente en contra de lo que la opinión pública cree sobre el tema.Para quienes les interese, acá va el reporte completo.
Sin embargo, estas estimaciones son metodológicamente muy difíciles de realizar, por lo que no existe consenso absoluto sobre estas cifras. Me parece poco honesto intelectualmente por parte de Shellenberger no hacer mención a este detalle. Por ejemplo, en este reporte, la Organización Mundial de la Salud pone el número de muertes en 4.000.Como siempre, este tema de las muertes y la dificultad en la estimación lo aborda este gran artículo de Our World In Data, donde muestran que las muertes pudieron haber sido hasta 60.000.
¿Y Fukushima? Lo mismo. Se registró sólo una muerte relacionada a radiación directa. Las otras 572 muertes del accidente se debieron a la mala respuesta del gobierno japonés para realizar los desplazamientos. Esto lo podés ver en el artículo de Our World in Data citado más arriba. También te comparto el reporte oficial de la International Atomic Energy Agency y el de las Naciones Unidas sobre radiación.
Más allá de estas dificultades técnicas, el punto es claro: no mueren 7.000.000 de personas al año, como sucede con los combustibles fósiles. Sin embargo, a pesar de las evaluaciones que se puedan hacer del riesgo objetivo, la opinión pública mundial respecto a esta fuente de energía es muy negativa.
Sin embargo, al hablar de los dos accidentes, Shellenberger sólo toca el tema de la radiación, las enfermedades y las muertes. Está claro que los impactos de tales accidentes fueron más allá: cientos de miles de personas desplazadas y ciudades abandonadas, con un impacto económico, social y psicológico que no se debe dejar de mencionar. De todas formas, estos últimos puntos no invalidan lo dicho anteriormente.
Por otro lado, Shellenberger subestima de una forma llamativa los riesgos relacionados a las armas nucleares. Su argumento es que, para que un país produzca energía nuclear, debe comprometerse a no producir armas nucleares… La verdad es que, si bien ese compromiso existe, la proliferación de esta energía dificulta su control y facilita los mecanismos para la creación de armas nucleares. Los riesgos respecto a las armas nucleares no son menores y no deben ser subestimados.Esto está explicado en el capítulo 12 del libro recomendado en la sección de Bibliografía: Beyond Smoke and Mirrors: energy for the 21th century.
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Abrazar el «depende»
Nuestras discusiones van a ser mucho más fructíferas cuando logremos superar la superficialidad del «esto sí» o «esto no» y profundicemos hacia discusiones del tipo: «cuándo esto funcionaría, cuándo no funcionaría»; «de qué depende que esto funcione», «cómo hacemos para que funcione mejor en tal contexto»…
Soluciones realistas requieren discusiones realistas. Sobre esto escribí en «Demasiadas solu-confusiones».
No se trata de enamorarse de una tecnología. Todas las fuentes de generación de energía tienen sus impactos y problemáticas. La energía nuclear debe superar los desafíos relacionados a la gestión de sus residuos y no queda demasiado claro que su proliferación garantice la paz mundial en el largo plazo. Sin embargo, su opinión pública es exageradamente negativa en relación a sus riesgos objetivos..
¿De dónde vendrá tanto lobby?
La realidad es que la participación de la energía nuclear en la Oferta Total Primaria Energética hoy es menor que hace veinte años. Esto, en un contexto de demanda energética creciente, dificulta el camino hacia la descarbonización de la economía.
Después de estudiar este tema no puedo evitar preguntarme de dónde vendrá todo el lobby en contra de la energía nuclear. ¿Vendrá de la industria de los combustibles fósiles para eliminar del mercado a un competidor ? No lo sé…
¿Vos lo viste? ¿Qué opinás?
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Como comentario general, todo está excelente. Recién le comentaba a mi pareja esto de cuántos jóvenes tan geniales hacen estos laburos, como lo hacen ustedes. Y lo estoy viendo en otras temáticas también. Eso me deja muy satisfecha y, a pesar del mundo caótico que estamos dejando, puedo esbozar una sonrisa. Los temas tratados son cuestiones muy técnicas, que nada tienen que ver con mi profesiòn. Pero sin dudas, el cuestionarse el estilo de vida, qué es el desarrollo, hacia dónde vamos con este sistema basado en el consumo sin lìmites, en fin… el buen vivir vs el vivir bien….vienen por ahí las preguntas de fondo, que van también hacia el interior de nuestra conciencia. Gracias
Muchas gracias Anabela por tu comentario! Creo que, más allá de las cuestiones técnicas, lo más importante es lo que vos decís: ir al fondo de nuestra conciencia y preguntarnos para qué y para quiénes hacemos lo que hacemos. Respecto a la energía: para qué y para quién producimos energía, ¿qué sistema económico vamos a alimentar con el sistema energético? ¿Qué efecto tiene en nuestro desarrollo personal y comunitario el sistema económico actual? Esas preguntas nos las tenemos que hacer, y las respuestas las vamos a encontrar en comunidad, creo yo. Un saludo y gracias!