Por Juan I. Arroyo
El problema que enfrenta la sociedad moderna es similar al de un agente de la bolsa de valores de Wall Street que acaba de tener un infarto. Su trabajo y su estilo de vida lo llevan a consumir sustancias nocivas en exceso. O cambia su estilo de vida o muere. Vamos a acompañar al agente por su recorrido por los distintos consultorios médicos para comprender todos los diagnósticos y prescripciones que le van a realizar. Nuestro agente se llama Sr. Progreso y su médica de cabecera es la Dra. Ciencia.
“El cuento del clima” es una trilogía que recorre las principales discusiones sobre el cambio climático. La “Parte I: Tenemos un problema, Houston” se dedica a recorrer distintas posturas respecto a las causas del problema. Una vez detectada la causa principal, la “Parte II: Somos lo que comemos” se dedica a explicar de qué estamos hablando cuando hablamos de energía. Hay demasiados mitos al respecto y es necesario sentar ciertas bases. Finalmente, quedan las puertas abiertas para que en la “Parte III: Demasiadas solu-confusiones” podamos recorrer los debates sobre las principales propuestas para resolver el problema. Espero que te entretengas, que aprendas y que entiendas que el final de esta historia está abierto y lo podemos escribir si nos involucramos.”
El cuento del clima: PARTE II
Índice
PARTE I: Tenemos un problema, Houston
1. Un error fatal
2. Es la energía, estúpido
PARTE II: Somos lo que comemos
3. Somos lo que comemos
4. Un cambio de dieta
PARTE III: Demasiadas solu-confusiones
5. Demasiadas solu-confusiones
En la Parte I concluimos que el cambio climático es principalmente un problema de energía:
Vamos a entender de qué hablamos cuando hablamos de energía.
3. Somos lo que comemos
Con este diagnóstico, la Dra. Ciencia cita al Señor Progreso a una reunión de urgencia.
- No puedes seguir así. Lo que estás consumiendo te está matando -le dice- y tienes que hacer cambios drásticos en tu estilo de vida.
Vamos a explicarlo en términos sencillos. Se me ocurre que de esta forma lo podrás entender:
Tu ritmo de vida es insostenible. Duermes poco, trabajas mucho y bajo demasiada presión. Un cuerpo naturalmente no puede producir la energía necesaria para mantenerte tu alto grado de concentración y elevado nivel de desempeño durante extensas jornadas laborales. Por este motivo, necesitas incorporar sustancias externas que te mantengan activo.
Entonces, si bien es cierto que las drogas te ayudan a mantener tu ritmo, también es cierto que tarde o temprano te terminarán por matar. En cierta forma, lo que consumís para desarrollar tu actividad te está matando.
Una persona deriva sus energías vitales de los nutrientes provenientes de todos los alimentos que consume. Su dieta varía según la actividad que desarrolla, ya que no es lo mismo ser un deportista de alto rendimiento, un oficinista o una niña. Cada cuerpo necesita distintos tipos de dietas con diferentes contenidos calóricos.
Tu caso -sigue- es similar al de un deportista de alto rendimiento que requiere un consumo energético muy elevado para desarrollar su actividad. Así como un nadador olímpico no puede vivir a base de ensaladas, tú tampoco puedes desempeñarte como lo haces sin lo que consumes. Si el nadador quisiera cambiar su dieta, también debería modificar su estilo de vida y dejar de lado la alta competencia. No se puede cambiar una cosa sin cambiar la otra. Lo mismo aplica para tu caso.
La sociedad moderna es como un deportista de alto rendimiento que requiere un consumo energético muy elevado. Por este motivo, debe seguir una dieta de alto contenido energético y gran densidad, que le aporte muchas calorías altamente concentradas por cada unidad de energía primaria consumida. La dieta de la sociedad moderna es el sistema energético. Así como las personas «somos lo que comemos», la sociedad también es lo que come.
Para ser más didáctica, la Dra. Ciencia realiza la siguiente obra de arte:
La Revolución Industrial implicó el cambio de dieta más importante de la humanidad. Antes, derivábamos nuestra energía de la fuerza animal, molinos de agua y algunas máquinas rudimentarias, por lo cual nuestras capacidades de crecimiento eran muy bajas. Nuestra dieta nos aportaba pocos nutrientes.
En los 1770s comienzan a comercializarse a gran escala las máquinas a vapor diseñadas por James Watt. Los ingleses se dieron cuenta que el calor generado por la quema de combustibles fósiles podía generar vapor que moviera pistones y engranajes, los cuales podían movilizar cualquier máquina. Empezaron a aplicar dicho principio a todas las industrias.
¿Sabías que antes de dicha máquina, toda la energía que utilizaba el humano era solar?
Bueno, no es que nuestros ancestros utilizaban paneles solares caseros para producir electricidad. Lo que sucedía era algo mucho más sencillo: el sol hacía crecer las plantas, las cuales transformaban energía solar en energía química mediante el proceso de fotosíntesis. Los humanos y los animales comían las plantas para transformar dicha energía química en mecánica y realizar el trabajo que fuera necesario.
No existía tal cosa como apretar un botón de una máquina que realizara un trabajo mecánico por nosotros. Nuestras capacidades de crecimiento previas eran muy bajas ya que nuestra dieta nos aportaba pocos nutrientes.
A la Dra. Ciencia no le queda claro si el agente está comprendiendo. Por suerte, ese día estaba inspirada con los dibujos (creo que en otra vida la Dra. fue artista):
A partir de la máquina a vapor, el humano encontró una forma novedosa de convertir energía y aplicarla a cualquier concepto. Fue como una inyección de hormonas que abrió las puertas a un crecimiento económico y poblacional nunca antes visto:
En esencia, la Revolución Industrial fue una revolución en nuestra capacidad de convertir energía (Harari, 2014). La quema de combustibles fósiles es para la economía como una inyección constante de hormonas de crecimiento.
Cambiar de dieta no es una tarea sencilla. Aún hoy, 250 años después, «las turbinas a vapor generan aproximadamente el 70% de la electricidad en estaciones nucleares y de carbón (el resto proviene de turbinas y motores en estaciones de gas e hidroeléctricas). No se visualiza en el corto plazo una alternativa de capacidad, eficiencia y confiabilidad similares” (Smil, 2010).
“Para entender la historia económica moderna, sólo hace falta entender una sola palabra: crecimiento. Para bien o para mal, en la salud y en la enfermedad, la economía moderna ha estado creciendo como un adolescente con hormonas. Se come todo lo que pueda encontrar y aumenta más rápido de lo que te puedas dar cuenta”
Harari, 2014
El gran problema es que una parte importante de los residuos de nuestra dieta se acumulan en el planeta. A continuación vemos la concentración de CO2 en la atmósfera para el último millón de años:
Actualmente nos encontramos en niveles sin precedentes en la historia del planeta. El CO2 es un gas de efecto invernadero (GEI), y como tal, permite la entrada de luz pero bloquea la salida de calor, incrementando la temperatura media global:
A esta altura podrías estar preguntándote qué hace un economista hablándote del clima. Aunque no lo creas, los economistas y los climatólogos tenemos algunas cosas en común: no siempre acertamos con nuestros pronósticos.
Retomando la seriedad que caracteriza a este espacio, creamos un espacio dedicado específicamente a explicar qué pasa con el clima y toda la ciencia detrás del cambio climático. De esto se encarga mi compañera Nadia Testani en su línea de contenido (a quien no le gustó este chiste sobre los meteorólogos).
4. Un cambio de dieta
Asustado por el diagnóstico, el Señor Progreso le pregunta a la médica qué puede hacer y cuánto tiempo tiene para actuar. La Dra. Ciencia elaboró un informe especial para responder esta pregunta, el Reporte especial de Calentamiento Global de 1,5ºC. Lo recoge de su escritorio, se coloca sus anteojos y comienza a leer:
Para que el calentamiento no sobrepase el 1,5ºC, las emisiones antropogénicas (causadas por el humano) globales netas de CO2 deben disminuir un 45% de aquí al 2030 (con respecto a los niveles del 2010) y deben llegar a cero en torno al 2050.
IPCC, 2019
Nuestro amigo no está seguro de haber escuchado bien… ¿una reducción del 45% hacia el año 2030? ¿Es acaso eso posible? La Doctora continúa:
«Ahora bien, para que el calentamiento global no rebase el límite de 2ºC, se calcula que las emisiones deben reducirse aproximadamente en un 25% de aquí a 2030 y ser iguales a cero en torno al 2070 (IPCC, 2019). Dicho de otra manera: debes empezar a cambiar tu dieta inmediatamente.»
Nuestro amigo se encuentra confundido.
– Hay varias cosas que no entiendo… – dice, con la cara pálida – ¿Qué quiere decir cuando menciona que las emisiones antropogénicas globales netas deben llegar a cero?
– Ok. – comienza – Así como los humanos pueden emitir dióxido de carbono con sus actividades, también pueden removerlo, por ejemplo al reforestar un bosque o al reforzar un reservorio. Las emisiones globales netas se logran cuando las emisiones se equilibran con las remociones. Es decir, cuando añadimos la misma cantidad de lo que quitamos. ¿Me explico?
Para apoyar su explicación, la Dra. toma el siguiente gráfico de su reporte. Se trata de distintas trayectoras de emisiones globales netas anuales para las próximas décadas que son compatibles con el objetivo de calentamiento cercano a 1,5ºC:
– ¿Y cuál es la diferencia entre llegar a 1.5ºC o a 2ºC de calentamiento? – pregunta Progreso.
– Es una muy buena pregunta: mayores niveles de calentamiento están asociados con mayores impactos y riesgos sobre distintos ecosistemas del planeta, que en tu caso, serían como distintos órganos de tu cuerpo. Entendiendo al Planeta Tierra como un gran organismo vivo, el impacto en un órgano tiene necesariamente efectos sobre los otros. Todo está relacionado.
Mientras continúa, la Doctora da vuelta la página del reporte y señala un gráfico para explicar este concepto. Se trata de los impactos que sufren distintos sistemas naturales, gestionados y humanos ante distintos escenarios de calentamiento:
Como se puede observar, el color de cada sistema se oscurece cuanto mayor es el incremento de la temperatura, pero de forma distinta. Es decir, un mismo aumento de temperatura influye distinto sobre cada «órgano».
Actualmente estamos ubicados en la franja gris (+1ºC). A esta temperatura, hay sistemas que se están viendo severamente afectados, como los corales, que ya se encuentran en un color rojo. Mientras tanto, la pesca en ciertas ubicaciones se encuentra en amarillo.
En los escenarios de 2ºC de aumento, muchos de los sistemas se encuentran en color rojo o violeta. Es decir que los riesgos sobre cada uno de ellos son mucho mayores y los impactos mucho más graves.
La doctora nota la preocupación en la cara del Señor Progreso. Coloca su mano encima de la suya y le dice:
«Lógicamente, mientras más tardes en comenzar, más brusco será el esfuerzo que tengas que realizar y menores serán las probabilidades de éxito.
Entiendo que te preocupes, pero lo que debes hacer no es imposible. Lo fundamental es que comiences cuanto antes. Mientras más te demores, mayor será el esfuerzo que tengas que realizar en el futuro y menores serán las probabilidades de éxito. Mi rol se limita a realizar el diagnóstico, por lo que no puedo recomendarte específicamente qué hacer. Voy a derivarte a unos colegas para que te den las prescripciones».
Unas semanas después, luego de visitar una decena de médicos distintos, nuestro amigo está al borde de la desesperación. El problema es que cada médico le dio una prescripción distinta. Lo que lo desespera no es la falta de ideas, sino todo lo contrario, su abundancia. Algunas, incluso, asustan. Si no me crees, te invito a ver algunas de las discusiones actuales en la última parte de esta historia.
¿Hacia donde irá nuestra dieta? ¿Qué soluciones se proponen y qué discusiones hay sobre ellas? ¿Hay consenso?
Referencias
Climate Action Tracker: thermometer, explained.
Friedlingstein et al., (2019), Earth System Science Data.
Harari, Y. N., (2014), Sapiens. A Brief History of Humankind, London, England: Vintage.
IPCC, (2014), AR5 Climate Change 2014: Mitigation of Climate Change.
IPCC, (2019), Reporte especial: Calentamiento global de 1,5ºC
Janoska, P., (2019), Energy Transitions Indicators: tracking energy transitions.
MacKay, D., (2009), Sustainable Energy: without the hot air, United Kingdom: UIT Cambridge.
Richter, B., (2010), Beyond Smoke and Mirrors: Climate Change and Energy for the 21th century.
Ritchie, H., Roser, M., (2020), CO₂ and Greenhouse Gas Emissions.
Robbie Andrew, (2019, Figures from the Global Carbon Budget.
Roser, M., Ritchie, H., Ortiz-Ospina, E., (2020), World Population Growth.
Smil, V, (2010), Energy Transitions: history, requirements, prospects, California, United States of America: Praeger.
Smil, V., (2010), Energy Myths and Realities: Bringing Science to the Energy Policy Debate, Washington D.C, United States of America: Rowman & Littlefield Publishing Group.
Smil, V., (2017), Energy and Civilization, Cambridge, Massachusetts London, England: The MIT Press.
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